La posibilidad de comprar perfumes originales a través de internet ha abierto a los consumidores una puerta hacia un universo de aromas selectos y refinados. Sin embargo, la venta de perfumes originales en la red significa por otro lado la aparición de nuevas dudas para los compradores, sobre todo a la hora de escoger algo tan personal como es el perfume: una extensión de nosotros mismos, de nuestra personalidad exclusiva, de nuestra capacidad de seducción. Porque, como es natural, el perfume ha de estar en perfecta armonía con quien lo viste. Sin estridencias, adaptado a su carácter y su forma de ser, a la imagen que proyecta de sí mismo hacia los demás. De este modo, a la hora de comprar perfumes originales online conviene tener en cuenta una serie de consejos que pueden ser de gran utilidad para encontrar aquella fragancia que mejor se adapta a nosotros.
Como decíamos, el perfume es una extensión de la personalidad. No obstante, al igual que sucede con el vestuario, la elección no estriba tanto en elegir lo que nos gusta y descartar lo que no nos gusta, sino en encontrar qué nos favorece y discriminar qué no nos sienta bien. En este sentido, se debe tener claro cuál es la imagen que deseamos transmitir de nosotros mismos y si en realidad esa imagen es la que verdaderamente lucimos día a día o solo la visualizamos para instantes concretos. Valga la manida frase de que “el perfume indicado es aquel que no olemos cuando lo llevamos encima”. Más allá de la afirmación, esta idea suele indicar que el perfume elegido se adapta bien a la esencia natural de nuestro cuerpo y respeta las características de la piel. Tomar como referencia fragancias anteriores es una decisión práctica para conocer qué tipo de colonia o perfume suele acompañarnos mejor: más frescos y deportivos, intensos y de tonos dulces,… como lo es también conocer a cuál de las siete familias olfativas a la que pertenecía (madera, cítricos, orientales, helecho, florales, chipre o aldehído), así como su familia secundaria (el verde, el frutal, la madera o el agua). De este modo, si nuestros anteriores perfumes favoritos encontraban en su esencia básica tonos de madera, la elección oportuna debe insistir en perfumes que también posean esos mismos toques aromáticos, pues la sensación al olfato poseerá identificaciones similares. Por supuesto, cabe recordar que no es lo mismo un perfume que un agua de colonia, y que su incidencia sobre la pituitaria es muy distinta en cada caso debido al grado de concentración de sus excipientes. En el agua de colonia, liviana y fresca, el nivel de concentración suele ser inferior al quince por ciento, mientras que el del perfume supera el veinte por ciento.
Siguiendo esta idea de identificación personal, el tipo de epidermis del usuario es un factor determinante en la elección del perfume, puesto que cada piel desprende un olor personal, único e irrepetible. Esta combinación biológica de hormonas, fluidos y esencias altera la reacción química que por su parte produce el perfume, que también huele de manera distinta según cada cual. En personas con piel grasa, los efectos de colonias y perfumes acostumbran a ser más poderosos y duraderos, si bien una presencia excesiva de grasas y sudoración puede derivar en que la mezcla de olores termine por ser del todo inadecuada, provocando el efecto contrario al deseado. Se recomienda en este caso la elección de fragancias ligeras ricas en matices cítricos y florales. Por el contrario, las fragancias se diluyen con mayor prontitud en las pieles más secas, que demandan mayores dosis de perfume para que surta un efecto similar al de las pieles normales o grasas. Sin embargo, al igual que sucede con las pieles grasas, el exceso puede ser contraproducente, en esta ocasión como fuente de resecamiento de la epidermis.
Continuando con nuestra exploración, decantarse por una gama de perfumes originales y otra atiende a cuestiones como el tipo de uso que se le confiera a la fragancia. Y es que no es lo mismo vestir un perfume o una colonia a la salida del gimnasio, que para salir a la discoteca el fin de semana, que para asistir a la boda de nuestra mejor amiga. La concentración de la fragancia es, de nuevo, la clave que ha de guiar nuestros pasos, ya que los perfumes cítricos ofrecen una respuesta fresca y desenfadada para el día a día y cualquier ocasión, mientras que los florales y especiados suelen ser más intensos y recomendables para situaciones puntuales o especiales. Por su parte, los aromas a madera también son más “llevables” que los acuerados, más densos y penetrantes. Por otro lado, dentro de esta amplia gama de situaciones, existen asimismo variables que escapan al parecer personal, como la época del año. En estaciones calurosas, los poros se abren más para segregar sudor y refrescar el cuerpo, por lo que, de forma paralela, la reacción del perfume será más intensa. Recurriendo de nuevo a los patrones anteriormente descritos, una fragancia fresca de tonos cítricos es más recomendable en entornos calurosos debido a unas sensaciones refrescantes que quizás no sean tan oportunas en plena gota fría de enero, cuando otros perfumes más intensos parecen resultar más acogedores para la nariz.