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El Sueño: Fundamental para una buena salud bucal

Contrario a lo que muchos pueden pensar, el sueño es fundamental para la salud de forma integral, y esto incluye la salud bucal. Es importante que sepamos cómo afecta la falta de sueño en nuestra salud bucal, así como también, cómo afecta una salud bucal deficiente al sueño.

Entender cómo el sueño afecta nuestra salud integral, depende de conocer el proceso que implica dormir y cuales son las necesidades que debemos cubrir para dormir de forma que nuestro cuerpo tenga el descanso que necesita, por lo que ese será el primer punto que vamos a tratar.

El sueño

El sueño es un complejo proceso biológico que ayuda a procesar información nueva, mantenerse saludable y a sentirse descansado. Según los especialistas en el área, durante el sueño, su cerebro pasa por cinco fases diferentes:

  • Fase I o etapa de adormecimiento: Esta etapa comprende aproximadamente los primeros diez minutos del sueño, desde que estamos en período de vigilia hasta que nos adormecemos, una etapa de transición.
  • Fase II o etapa de sueño ligero: La fase II de nuestro sueño ocupa aproximadamente el 50% de nuestros ciclos de sueño. Es la etapa en la que el cuerpo va desconectando lentamente de aquello que hay en nuestro entorno, y tanto nuestra respiración como nuestro ritmo cardíaco se van ralentizando. Dentro de esta fase se suceden etapas de gran actividad cerebral con otras de menor intensidad, algo que hace que sea muy difícil despertarnos cuando estamos en ella.
  • Fase III o etapa de transición: Se trata de una etapa corta, de apenas dos o tres minutos, en la que nos acercamos al sueño profundo. Durante las fases III y IV del ciclo del sueño es cuando nuestro cuerpo se encuentra en un estado de relajación profunda y cuando se dan los picos de segregación de hormona del crecimiento.
  • Fase IV, etapa de sueño profundo o de sueño Delta: La etapa de sueño profundo suele ocupar aproximadamente un 20% del total del ciclo del sueño. Es la etapa más importante de todas, ya que va a determinar la calidad de nuestro descanso. Durante esta fase del sueño también es difícil despertarnos: nuestro ritmo respiratorio es muy bajo, así como nuestra presión arterial, que suele descender entre un 10 y un 30%.
  • Fase de sueño REM (rapid eye movement) o etapa de sueño paradójico: La etapa de sueño REM ocupa un 25% de nuestro ciclo del sueño, entre 15 y 30 minutos. Se denomina fase de rapid eye movement debido al movimiento constante de los globos oculares bajo los párpados. Esta fase se caracteriza por tener una alta actividad cerebral, muy similar a la que tenemos mientras estamos despiertos: durante la fase de sueño REM la actividad cerebral es muy alta, pero nuestros músculos se encuentran bloqueados. Es la fase en la que soñamos y captamos información del exterior.

Las fases del sueño tienen como finalidad ayudar al organismo, de forma que este permita realizar las siguientes actividades:

  • Sentirse descansado y con energía al día siguiente
  • Aprender información, hacer reflexiones y formar recuerdos
  • Descansar el corazón y el sistema vascular
  • Liberar más hormona del crecimiento, que ayuda a los niños a crecer. También aumenta la masa muscular y la reparación de células y tejidos en niños y adultos
  • Liberar hormonas sexuales, que contribuyen a la pubertad y la fertilidad
  • Evitar enfermarse o a mejorarse cuando está enfermo, creando más citoquinas (hormonas que ayudan al sistema inmunitario a combatir varias infecciones)

El ser humano necesita de un tiempo de sueño específico y este va de la mano de la edad de la persona, por lo que las recomendaciones de hora de sueño son las siguientes:

  • Recién nacidos: 16-18 horas al día
  • Niños en edad preescolar: 11-12 horas al día
  • Niños en edad escolar: por lo menos 10 horas al día
  • Adolescentes: 9-10 horas al día
  • Adultos (incluyendo adultos mayores): 7-8 horas al día

El sueño y la salud integral

Cuando no duermes lo suficiente (privación del sueño), puedes sentirte cansado y afectar tu rendimiento, incluyendo tu capacidad de pensar con claridad, reaccionar rápidamente y formar recuerdos. Esto puede llevarte a tomar malas decisiones y ponerte en situaciones de riesgo. Las personas que no duermen bien son más propensas a sufrir accidentes. La privación del sueño también puede afectar tu estado de ánimo, lo que causa: irritabilidad, problemas en tus relaciones, especialmente para niños y adolescentes, depresión y ansiedad.

También puede afectar tu salud física. Los estudios muestran que no dormir lo suficiente o dormir mal aumenta el riesgo de: presión arterial alta, enfermedad del corazón, accidente cerebrovascular, enfermedad del riñón, obesidad, diabetes tipo 2.

El sueño y la salud bucal

Entendiendo cómo el sueño afecta la salud integral, ahora es turno de hablar sobre cómo afecta la salud bucodental, pues en efecto una afecta a la otra, y es importante descubrir que si padecemos alguna enfermedad que pueda de alguna manera condicionar las horas de sueño y el descanso, cuál es la mejor manera de resolver el problema.

El Bruxismo y la apnea del sueño

El Bruxismo se define como una parafunción mandibular persistente, o en palabras más sencillas, es el hábito de apretar o rechinar los dientes, con movimientos y contactos sin propósitos funcionales. Esta hiperactividad de la musculatura masticatoria ocurre, por lo general, de manera inconsciente, se puede presentar durante el sueño o mientras estamos despiertos, sin embargo está más relacionado con el sueño, lo que resulta más difícil de controlar.

El principal desencadenante se ubica en el plano psicológico. Si bien no hay consenso sobre la causa exacta del bruxismo, el estrés durante el día puede ser el desencadenante en muchos casos. Incluso puede ocurrir que algunas personas aprietan sus dientes y nunca sienten síntomas, aunque exista cierto grado de deterioro en sus piezas dentales.

Esta situación, aunque pudiera parecer un problema a resolver mediante terapias psicológicas, tiene repercusiones físicas que abarcan el área de la salud bucal y el especialista a quien se acude es el odontólogo. Aunque lo ideal es que sea tratado tanto de forma psicológica, para aprender a controlar aquello que genera ansiedad, como por el dentista.

Durante el sueño, debido a la relajación de los músculos de la garganta, se produce un estrechamiento de la vía aérea superior, llegando en algunos casos a cerrarse casi por completo, lo cual impide que el aire llegue correctamente a los pulmones y ocasiona que el cerebro no reciba suficiente oxígeno. Se suele manifestar mediante ronquidos y apneas (interrupciones temporales de la respiración.)

Tras una apnea se produce un súbito despertar para recuperar la respiración, acompañada de un ronquido, y un apretamiento dental, impidiendo a la persona realizar un sueño profundo y reparador. El cerebro no deja entrar en sueño profundo como mecanismo de supervivencia. Debido a esto, las personas afectadas manifiestan cansancio y somnolencia durante el día.

Los principales síntomas de la apnea son:

  • Ronquido habitual
  • Apneas observadas
  • Somnolencia diurna y/o cansancio (sensación de no haber dormido bien)
  • Hipertensión arterial
  • Episodios cerebrovasculares y cardiovasculares, debido a la falta de oxigenación
  • Bruxismo o desgaste dental- Apretar fuertemente los dientes, desgastándolos.

Si de estos síntomas, hay dos, se debe acudir al médico. La apnea también tiene otros síntomas como lo son: despertarse a menudo durante la noche, e insomnio, dolores de cabeza matutinos, dolor de oído y mandíbula, apatía, falta de memoria, irritabilidad, nerviosismo.

Tratamiento para el bruxismo

Los tratamientos aplicados para esta patología están orientados a la reducción del dolor, la prevención del desgaste de las piezas dentales, los daños permanentes en la mandíbula y la disminución del rechinamiento de los dientes. Los protectores dentales y las férulas suelen emplearse para evitar el bruxismo mientras el paciente duerme. Este método ayuda a prevenir los daños en los dientes y los problemas en la articulación temporomandibular.

Tratamiento para la apnea del sueño

Para los casos más leves de apnea del sueño, el médico puede recomendar solo algunos cambios en el estilo de vida, como adelgazar o dejar de fumar. Si tienes alergias nasales, el médico recomendará un tratamiento para las alergias. Sin embargo, uno de los mejores tratamientos es el uso de un CPAP.

  • Presión positiva continua de la vía aérea (CPAP). Si tienes apnea del sueño de moderada a grave, es posible que te beneficies de usar una máquina que envía presión de aire mediante una máscara mientras duermes. Aunque CPAP es el método más frecuente y confiable para tratar la apnea del sueño, a algunas personas le resulta incómodo o molesto. Algunas personas dejan de usarlo, pero con práctica, la mayoría de las personas aprende a ajustar la tensión de las correas de la máscara para obtener un ajuste cómodo y seguro.

En el peor de los casos, hay cirugías que ayudan a solventar los factores que generan la apnea del sueño, sin embargo, estos procedimientos invasivos se llevan a cabo sólo cuando los otros métodos no han funcionado.

Lo ideal es que en primera instancia se busque cambiar el estilo de vida y mejorar los hábitos dañinos que pueden producir este tipo de patologías, siempre de la mano de los especialistas y siguiendo las recomendaciones que estos den a cabalidad.

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