Las enfermedades mentales, han evolucionado al mismo tiempo que la sociedad, cada vez más tecnológica e inhumana, una sociedad en la que los individuos son esclavos del trabajo, que apenas tiene tiempo para sí mismo, para conocerse. La felicidad se identifica con la mera acumulación de riquezas y la publicidad, favorece este ansia de poder. El ser humano de hoy, no tiene más dimensión que la de su profesión y ser es igual a tener. Estrés, ansiedad, depresión. Son las respuestas de un individuo incapaz de responder a las expectativas de una sociedad profundamente enferma. A pesar de esto, los problemas mentales todavía son un tabú, y por eso, son tan difíciles de detectar.
En ocasiones, los trastornos mentales empiezan en la infancia, pero ni madres/padres, ni profesionales de la educación, parecen querer darse cuenta. Entonces, arrastran estos problemas hasta la edad adulta, y es cuando se cronifican. Es por tanto, vital, estar atentos a los cambios que se producen en nuestra conducta, y también en la de los nuestros. Según los expertos y expertas, en la actualidad existen millones de casos de personas sin diagnosticar. Por ejemplo, la depresión, es una enfermedad que afecta a infinidad de personas, sin saberlo. Quizá por esta razón, la tasa de suicidios está creciendo tanto, sobre todo entre la población más joven.
La mayor parte de la gente, convive con su enfermedad mental como buenamente puede y oculta sus pequeños trastornos tras una máscara, que con el tiempo, acaba por caer. Y es que solo cuando la enfermedad afecta a su día a día, cuando todo su mundo empieza a derrumbarse, cuando pierden el trabajo, a la familia, rompen sus relaciones con los demás, las personas deciden pedir ayuda profesional. Todavía existe ese sentimiento de rechazo, de vergüenza a la figura del psicólog@ o psiquiatra.
Es fundamental, por tanto, detectar la enfermedad a tiempo, estar atentos a los cambios y de esta forma, poder realizar un diagnóstico a tiempo, y tratar la enfermedad adecuadamente. Así lo recomienda la psicóloga de Zaragoza, Marisa Hernández Torrijo, especialista en adicciones y con amplia experiencia en trastornos de la personalidad y trastornos de ansiedad. Cuenta con una amplia experiencia en el campo de la psicología clínica y la salud mental, por lo que puede atender tanto a pacientes con problemas o trastornos psicológicos como pacientes con patologías psiquiátricas.
Si lo que se necesita es un internamiento debido a la gravedad de la situación, según Despierta BCN, centro de desintoxicación en Barcelona, hay que hacer las cosas inmediatamente porque esperar a que el adicto se vea con fuerzas para ingresar en un centro especializado es a veces demasiado peligroso.
Nuevos trastornos mentales
Un nuevo siglo, trae consigo nuevas enfermedades mentales. A continuación veremos cuáles son los trastornos más comunes en la actualidad.
Consiste en la obsesión por el trabajo o la adicción al mismo. Las personas que padecen esta enfermedad nunca se sienten satisfechas con su trabajo y siempre quieren más. Son muy perfeccionistas y a menudo, acaba por afectar a sus relaciones personales. El estrés generado por el exceso de trabajo puede provocar, desde trastornos de ansiedad o depresión, hasta infartos.
Se trata de una obsesión por comer saludable. Las personas con este trastorno tienen sus propias reglas alimenticias y viven obsesionadas por la calidad de los alimentos. Son tan estrictas con sus propias reglas, que el hecho de saltárselas, les hace entrar en un estado depresivo tan grande, y sienten tanta culpabilidad, que a menudo la enfermedad desemboca en desnutrición, anemia y pérdida de masa ósea.
- Vigorexia
Según el Instituto de Trastornos Alimenticios (ITA), entre el 1% y el 10% de la población que va al gimnasio sufre este trastorno, asociado a una distorsión de la propia imagen. Guarda relación con lo anterior, pero a diferencia del primero que afecta más a las mujeres, la vigorexia suele darse más en los hombres.
- Esteticohólico
Este trastorno provoca una sensación constante de insatisfacción en algunas personas, que nunca acaban de contentarse con el número de operaciones de estética realizadas y siempre sienten la necesidad de hacerse más. Le ocurre aproximadamente a un 3% de las personas tras la primera cirugía estética.
- Ciberdependencia
Es la obsesión con los videojuegos e Internet, llegando a afectar al sueño y descanso y a las relaciones sociales de las personas que lo sufren. Como consecuencia, los afectados padecen depresión, ansiedad, miedos, y en ocasiones manifiestan conductas violentas.
Y tú, ¿notas alguno de estos síntomas?