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Perder peso, una cuestión de estética y salud

Hace unos meses acudí a esta clínica de medicina estética porque no me sentía cómoda con mi cuerpo debido al sobrepeso. Muchas amigas de Salamanca me la habían recomendado como el mejor centro para ayudarme a perder kilos de manera rápida y sana.

La decisión definitiva para acudir la tomé por motivos de salud. Llevaba ya tiempo que no encontraba feliz con mi cuerpo cada vez que acudía a tiendas para comprarme ropa y nunca daba con mi talla. La mayor parte de los pantalones no me abrochaban, los abrigos no me entraban de brazos porque el diámetro del patrón era menor que mi contorno, e incluso tenía dificultades hasta para encontrar ropa interior bonita o abrocharme unas simples botas altas. Estaba harta de acabar en tiendas de tallas especiales donde los diseños eran muy antiguos o hechos para gustos poco propios de alguien de mi edad, en la treintena. Pero como decía, esto me enfadaba y me hartaba, pero la verdadera razón para tomar la decisión de ponerme a dieta surgió un día en el que iba paseando con mi padre y él podía llevar un paso más rápido que el mío sin cansarse y doblándome de la edad.

Entonces comencé a fijarme en otro tipo de detalles como que cada vez me costaba más subir las escaleras, que iba evitando las cuestas aunque tuviese que dar un rodeo, que no me gustaba ir en metro o que calculaba donde bajarme en función de si había escaleras mecánicas o no. Llegó un momento en el que hasta tuve problemas para poder hacer las tareas propias de casa. Es más, cada vez que quería pasar las aspiradora tenía que ir haciendo descansos y sentándome para no agotarme.

Fue por esta razón por lo que comencé a pedir consejo a mis amigas, especialmente a dos que habían perdido una gran cantidad de peso, y ambas habían coincidido en acudir a la clínica de medicina estética de Rosa Bonal, en Salamanca.

Allí me explicaron que la obesidad es una enfermedad que contribuye a acortar la expectativa de vida, ya que ocasiona o agrava enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, artrosis, algunos tipos de cánceres, e incluso enfermedades como la diabetes, algo que venía yo notando en los últimos meses, y que con la pérdida de peso se mejoran todos estos problemas y, en definitiva, se mejora la calidad de vida. También me contaron que en el desarrollo de la obesidad participan factores genéticos, metabólicos, hormonales y ambientales, siendo estos últimos los que podemos modificar.

Gracias a los profesionales de la clínica de medicina estética de Rosa Bonal he mejorado mucho mi salud en los últimos meses apostando por la práctica del ejercicio moderado (camino una hora cada día, ya que por mi peso un deporte más duro podría acarrear otro tipo de consecuencias para el cuerpo, como sería en el caso de las articulaciones) y por una alimentación adecuada, que debe satisfacer diariamente todas las necesidades nutricionales e incorporar valores culturales, gastronómicos y de satisfacción personal.

En la clínica de la doctora Rosa Bonal me ayudaron también con un estudio completo que permite valorar la composición corporal y el gasto energético, para así establecer unos objetivos que nos echen una mano para perder peso a expensas de la grasa, preservar la masa magra, adquirir hábitos de alimentación saludables y mejorar la capacidad funcional y calidad de vida.

La dieta que me propusieron, muy eficaz por cierto, con la que he conseguido grandes resultados, es la dieta proteinada, un técnica científica de adelgazamiento hecha por médicos y para el uso bajo control médico. El principio básico consiste por una parte en aumentar el porcentaje de proteínas y por otra disminuir la tasa de hidratos de carbono (glúcidos) y de grasas (lípidos). El aporte exclusivo de proteínas en forma de diferentes preparados, junto con la restricción casi total de azúcares y de grasas, conlleva una cetogénesis y una neoglucogénesis, produciendo cuerpos cetónicos. Suprimiendo glúcidos y lípidos creamos una carencia energética que produce inhibición de la formación de grasas (lipogénesis) y la estimulación del consumo de grasas (lipólisis).

Las ventajas de la dieta proteica son la pérdida de peso rápida (pérdida de volumen), la pérdida casi exclusiva de grasas y protección de la masa muscular, sin efecto rebote gracias a la reeducación alimentaria, la ausencia de hambre por el efecto anorexígeno de los cuerpos cetónicos, la sensación de bienestar (por el efecto psicoestimulante de los cuerpos cetónicos), la protección de la tonicidad de la piel y menor flacidez al mantener la masa muscular, la facilidad de uso por el paciente (es muy sencillo seguir la dieta), y la seguridad (método exclusivamente médico, análisis predieta, complementación con vitaminas y complementos nutricionales) bajo control médico.

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