La salud es el bien más preciado de las personas. Gozar de una buena salud en todos los sentidos es síntoma de fortaleza y resistencia. Un sistema inmune fuerte es capaz de luchar con todo tipo de agentes externos para preservar el organismo y que ni siquiera notemos la presencia de los mismos. Aunque no necesariamente, tener un buen sistema inmune implica no sufrir enfermedades, es posible pasar por todo tipo de males pero recuperarse de forma más rápida.
Dentro de la infinidad de enfermedades que podemos padecer, existen las denominadas sistémicas que, no contentas con atacar al organismo lo hacen de manera simultánea en varios puntos del mismo. Sobre eso y como la relación existente entre ellas y la salud bucodental se vinculan, hemos hablado con los profesionales de la odontología de la Clínica Dental García Lorente. En este artículo vamos a tratar precisamente de cuáles son esas enfermedades y en que medida implican a nuestra dentadura.
Patologías que afectan al sistema respiratorio o cardiovascular e incluso medicamentos, pueden afectar o estar relacionadas directamente con algunos de los problemas bucodentales más comunes. Es fácil no darse cuenta de esa relación y no pensar que una cosa pueda llevar a la otra. Sin embargo cada vez se llevan a cabo más estudios que constatan que algunas de las afecciones que se producen en la boca, repercuten en otras partes del organismo y viceversa. Ha quedado demostrado gracias a los mismos, que existe una relación directa entre las enfermedades que afectan a la encía (enfermedad periodontal) y las enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, la diabetes y los posibles riesgos que se dan durante el embarazo.
El porqué de este hecho, puede encontrarse en la correlación existente entre las enfermedades sistémicas y la odontología: la presencia de bacterias en la cavidad oral que pasan a la sangre y la inflamación crónica de la boca que debilita la respuesta inmune.
A continuación vamos a detallar ligeramente como puede ser que las enfermedades sistémicas, tengan su origen en la cavidad oral y sus propias patologías.
Reciprocidad de la enfermedad
Muchas de esas patologías, se dan en un contexto de reciprocidad en el que la aparición de una deriva de la otra y viceversa en un claro proceso de retroalimentación. Es posible que en algunos casos, resulte difícil establecer el origen y cual “llegó” primero al organismo.
Este es el caso de la diabetes y su estrecha relación con las enfermedades que afectan a las encías. Estas dos patologías establecen una relación recíproca. Por un lado, las personas que padecen diabetes tienen mayor propensión a padecer infecciones si no llevan el tratamiento adecuado. Dentro del ámbito de la odontología, predominan patologías como la gingivitis, la periodontitis y la caries. Por otro lado, los tratamientos aplicados en los casos de patologías periodontales, ha demostrado poseer buena capacidad para mejorar el control glucémico de los afectados. Los resultados solo hacen que demostrar que resulta fundamental que las personas que sufren diabetes, necesitan y deben mantener una buena higiene bucodental y visiten con frecuencia al dentista.
La boca y el corazón, tienen también una estrecha relación en lo que afecciones de salud respecta. Aquellas personas que padecen de problemas cardiacos, pueden ver agravada su enfermedad si al mismo tiempo, sufren algún tipo de enfermedad periodontal y no la tratan. Esto es simple de entender pues las bacterias que se encuentran presentes en las encías, tienen la capacidad de diseminarse por todo el organismo a través del torrente sanguíneo, lo que pude favorecer de algún modo la inflamación que afecta al corazón, aumentar el riesgo de sufrir un trombosis y empeorar las patologías subyacentes en el organismo.
Algo similar ocurre en el caso de los accidentes cerebrovasculares, en los que padecer una enfermedad periodontal, expone al paciente a una mayor posibilidad de sufrir un accidente cerebral. La inflamación a causa de la infección de las encías, puede estar relacionada con el endurecimiento y obstrucción que sufren las arterias. Por esta razón, si se tienen antecedentes familiares, personales o existen otros factores de riesgo ante la posibilidad de sufrir un accidente cerebrovascular, es esencial realizar un seguimiento adecuado de la salud bucodental.
Enfermedades sistémicas respiratorias como la neumonía, EPOC o bronquitis, hacen que los pacientes que las sufren, estén más expuestos a los microorganismos presentes en la boca. Estos pueden llegar a las vías respiratorias y producir este tipo de enfermedades o agravarlas. Las bacterias tienen un acceso directo al organismo y, por supuesto, a las vías respiratorias a través de la boca. Si a esto se añaden otros factores que provocan la periodontitis como la inflamación crónica y el debilitamiento del sistema inmune, las probabilidades de sufrirlas o agravarlas, aumentan. El caso de una persona que tenga el hábito del tabaquismo puede hacer empeorar tanto la salud de sus encías como el de sus pulmones por el mero hecho de fumar.
Otros riesgos asociados a las enfermedades bucodentales, son los que se presentan durante el embarazo. Esto no es una enfermedad, evidentemente, pero los cambios hormonales que sufre la mujer durante el mismo, hace que aumenten las probabilidades de desarrollar enfermedades en las encías. Al mismo tiempo, cualquier tipo de infección que padezca una mujer gestante, pude suponer mayor riesgo para la salud del feto.
Algunas de las complicaciones que pueden surgir a consecuencia de las infecciones bucodentales sin tratar, son el parto prematuro o que el bebé nazca con bajo peso. Durante el embarazo es fundamental acudir al odontólogo para evitar que se produzcan enfermedades bucales.
Fármacos que no solo curan
Los medicamentos pueden ser en ocasiones armas de doble filo. Si bien te ayudan a resolver algunos problemas, es muy probable que algunos de ellos, te generen otros. Hablamos de los efectos secundarios que producen los fármacos y que deben ser tenidos en cuenta cuando se diagnostica una enfermedad, tanto para poner un tratamiento como para saber si pueden ser parte del problema.
Antes de someterse a un tratamiento odontológico, es muy importante que el paciente y el profesional de la odontología, tengan en cuenta algunos de los problemas que pueden surgir a consecuencia de la toma de medicamentos. A continuación, vamos a citar algunos ejemplos:
- Medicamentos que interfieren en la cicatrización y hacen descender el nivel de las defensas del organismo, como corticosteroides, inmunosupresores y antineoplásicos.
- Medicamentos que producen sequedad bucal (xerostomía) como los antidepresivos, los diuréticos, antipsicóticos, antihipertensivos, ansiolíticos y sedantes, antihistamínicos, AINES (antiinflamatorios no esteroideos) y analgésicos opioides.
- Medicamentos que hacen empeorar las enfermedades periodontales como es el caso de algunos antineoplásicos como la doxorrubicina o el fluorouracilo.
- Medicamentos que no se pueden tomar previo a una cirugía como los que poseen efecto anticoagulante: aspirina y AINE.
- Medicamentos que causan hiperplasia gingival (crecimiento excesivo de la encía) como los anticonvulsivos, los inmunosupresores o los bloqueadores de los canales del calcio.
La lista es bastante amplia. Aunque cabe señalar que esto no implica directamente que no se deban tomar este tipo de medicamentos si el médico los prescribe. Sin embargo hay que saber cuáles son los posibles efectos secundarios que pueden darse. De esta manera, ante cualquier duda o la presencia de alguno de los problemas que pueden generar, es posible acudir al médico para que lo cambie o suprima.
Son muchas las enfermedades que puede padecer nuestro organismo. Tantas que no es posible citar ni una milésima parte en un artículo. Muchas de ellas, son tan raras que ni siquiera se estudian porque los casos existentes no dan para ello. Por esa misma razón, es muy posible que exista una relación directa con muchas más patologías sistémicas y odontológicas de las que podemos conocer. La medicina es un campo muy amplio y con mucho camino por recorrer a pesar de que ya ha logrado importantes y grandes avances. No obstante, cada día aparecen nuevas enfermedades y problemas que afectan tanto a la salud bucodental como al resto del organismo y, en consecuencia, nuevos tratamientos y nuevos estudios.
El campo de la odontología en particular, se ocupa más de cuestiones concretas que afectan a la cavidad oral de manera directa. Razón que conlleva que se establezcan menos relaciones entre unas enfermedades y otras. Lo que si está claro, es que algunas enfermedades, provocan un efecto domino de tal manera que, teniendo su origen en un punto del organismo concreto, acaban afectando al resto del cuerpo. El porqué de esto, en muchos casos sigue siendo una incógnita.
En cualquier caso y circunstancia, una de las mejores cosas que podemos hacer por nuestra salud y su preservación, es prevenir. Para prevenir, hay que tomar medidas y esas medidas, pasan por llevar unos buenos y saludables hábitos de vida: una buena higiene bucodental y física, unos correctos hábitos alimentarios, practicar ejercicio y, en resumidas cuentas, llevar una vida saludable.
Aun así, es inevitable que nuestra salud se vea afectada en algún momento de la vida, para eso están los profesionales sanitarios. El odontólogo es uno de ellos, por lo que no hay que olvidar, seguir sus recomendaciones, pues como ya hemos visto, existe una relación entre las enfermedades bucodentales y las que padece el organismo en general.