No hace falta mirar a una persona para encontrar belleza. Se puede hallar en muchos objetos cotidianos, que sin embargo muchas veces pasan desapercibidos. Entre mis muchas aficiones, la que más alegrías me depara es mi amor por el cristal. Creo que es, sin duda, el material más bello que habita en la naturaleza.
Son muchos los artistas que se dedican a hacer arte con el cristal. Pero no hace falta ser un Pons Cirac, el artista más reconocido en esta actividad, para poder disfrutar de ello. En nuestra casa podemos tener verdaderas obras de arte. Por ejemplo, a la hora de hacer algo tan cotidiano como tomar una copa de vino.
Os cuento. Con copas de vino grabadas o decantadores de cristal para vino se pueden hacer maravillas. Nos tenemos que fijar que la arquitectura de una copa tiene tres componentes: cuenco, tallo y base. El tamaño, la altura y la anchura también deben estar en perfecta armonía y guardar las proporciones correctas.
Por ejemplo, los diseños Riedel siguen la fórmula arquitectónica estricta encabezada por los arquitectos vieneses de la década de 1920, y tienen en cuenta la forma, el tamaño y el diámetro del borde para interpretar y ofrecer el mejor aroma, sabor, equilibrio y acabado de un vino. El resultado es Stemware, que es funcionalidad combinada con estética.
Luego está la línea “Riedel Sommeliers”, lanzada en 1973, y que sirvió para anunciar una nueva era para la marca, que ahora produce decantadores de cristal que no sólo parecen piezas de museo, sino que además son considerados herramientas esenciales para degustar vino.
Entre los productos más bellos y populares de la compañía austriaca, hay que resaltar la serie ave (Swann, Paloma y Flamingo), su primer proyecto intergeneracional. «Estos decantadores son verdaderas obras de arte, porque no hay molde en el que verter el vidrio caliente. Mi padre y yo nos inspiramos durante un viaje a Venecia, en la época en la que estaba en un internado en la isla de Murano, el hogar de algunos de los mejores artistas del vidrio en el mundo», dice un Maximilian, orgulloso de la colección que representa a los pájaros en vuelo.
También es digno de alabanza el decantador O y el Mamba (inspirado en el año de la serpiente), que dieron a la marca dos premios Good Design del Museo Athenaeum de Arquitectura y Diseño de Chicago. Sommelier, Vinum, Overture, O y Corbata Negra son los representantes más emblemáticos del mejor material de vidrio en el mundo.
Te vamos a dar también algunos consejos a la hora de llenar las copas recomienda llenar las copas grabadas. Solo hay que hacerlo tres cuartas partes del cristal, ya que la cantidad de líquido influye en la manera en la que el vino fluye en el paladar. Por ejemplo, un borde estrecho hace que el flujo del vino vaya hacia la parte delantera de la lengua, donde el sabor es más dulce y afrutado, mientras que un borde más ancho dirigirá el vino hacia la parte posterior de la boca, donde predominan los receptores para el sabor salado y el alcohol.
Además de las copas, mención aparte merecen los decantadores. Herramientas para hacer que tu vino “respire” y saque a relucir todos sus tonos aromáticos y sabor. Estas piezas, normalmente con grabados en cristal, no únicamente ayudan a que el vino saque a relucir sus notas de olor y sabor, sino que también le dan un toque único a tu mesa.
Es muy importante el grabado en cristal, donde queda la decoración del logotipo, nombre e iniciales en una gran copa de vino. Hay empresas con gran variedad de técnicas: ácido, láser, serigrafía, tampografía, chorro de arena, etc., adaptando siempre el mejor tipo de grabado para los diferentes tipos de cristal. Sin duda, un valor añadido.