
Si te paras a pensar, los bustos existen desde tiempos muy antiguos, y, aunque normalmente los asociamos con figuras históricas, héroes o personajes importantes, actualmente están volviendo con una nueva vida y con un toque mucho más personal. ¿Has imaginado cómo sería tener un busto tuyo, de alguien querido o incluso de tu mascota? No hace falta ser un emperador