Suscríbase a nuestro boletín para recibir información actualizada y noticias

Meditación para embarazadas, fórmula para enfrentarse a todos los cambios

Pasar por el proceso de un embarazo supone una serie de retos y transformaciones para la mujer que no son siempre fáciles de digerir. Por mucha ilusión que se tenga por tener un hijo, tanto psicológica como físicamente la mujer pasa por una serie de etapas y procesos muy duros e impactantes que pueden llegar a desequilibrarla, es por ello que necesitamos crear un clima de comprensión para la mujer y de entendimiento para ella y con dicho proceso.

Cuando la mujer se queda embarazada, no solamente comienza a cambiar físicamente, sino que el equilibrio hormonal de su cuerpo se dispara y comienza a cambiar, lo que se traduce en cambios emocionales importantes, alegría, tristeza, enfado, irritabilidad….sentimientos que para nada son injustificados, al contrario, tiene motivos más que justificados para sentirse así, lo que ocurre es que el autocontrol emocional llega a perderse cuanto menos, un poco.

La mujer sufre muchísimo durante el embarazo física y emocionalmente

A esta falta de control emocional provocado por los desajustes hormonales del cuerpo de la mujer, hay que sumarle el estrés por su nueva situación y todo aquello que puede imaginarse que está por venir. Tener un hijo supone muchos cambios en un hogar, toda la familia tiene que adaptarse a la nueva situación, hay que tomar muchas decisiones sobre todo aquello que tiene que ver con el bebé. Pero no solo con ello, la mujer tiene que enfrentarse a la realidad de que su cuerpo deja de ser su cuerpo como lo conoce, se transforma en el templo de una criatura, el horno en el que se cuece una vida, el espacio que va a albergar a su hijo durante 9 meses. El cuerpo de la mujer pasa por muchos cambios, exteriormente solo puede apreciarse el aumento de la barriga, y como mucho, engordar unos cuantos kilogramos. Pero la mujer embarazada durante esos 9 mese pasa por una serie de cambios internos impactantes, según va creciendo la criatura y por consiguiente el útero de la madre, éste va empujando y chafando los intestinos, vejiga, riñones, estómago…órganos que van viendo cómo se reduce su espacio vital para su funcionamiento  normal.

Todos estos cambios físicos son muy traumáticos, cualquier persona puede imaginarse lo que puede llegar a suponer esta transformación. La mujer se ve obligada a verse en un cuerpo que no reconoce como suyo, al que está acostumbrada a ver en el espejo, por mucha ilusión que le pueda hacer saber que lleva una vida en su interior. Junto a ese impacto mental que supone no reconocerse en el cuerpo que ve, hay que sumarle otros cambios físicos como el dolor y aumento del pecho, su forma, su color…la aparición de grietas en muchas partes de su cuerpo, hinchazón de manos y pies por la retención de líquidos. Junto a estos cambios físicos que se pueden ver o contar, luego tenemos las consecuencias de éstos y del aumento del bebé en el interior de la mujer. No deja de resultar muy impactante notar movimientos constantes y dolorosos del bebé en el interior de tu cuerpo, a esto hay que añadirle la angustia, los ardores, los vómitos, las molestias en las costillas, la incomodidad para dormir y descansar, la micción incontrolable…

Ante todo esto, cuando las embarazadas acuden al control con la matrona, ésta les recomienda que se dediquen tiempo para sí mismas para relajarse, meditar y lograr con ello un momento de paz. Estas recomendaciones las hacen para lograr que la embarazada encuentre una forma de desahogo y que no caiga en un desequilibrio mental como ansiedad o depresión pero no siempre es fácil lograrlo por  una misma. Desde la escuela Inspirare de meditación de Málaga nos recalcan la importancia para este momento de la vida de la mujer de la búsqueda de paz y recogimiento como una medida de evacuación del estrés, una fórmula de escape de todo aquello que rodea a la embarazada y que la puede llevar a un punto límite que tenga peores consecuencias y que requiera medidas más extremas y sobre todo mayor sufrimiento emocional para la mujer.

Debemos tener claro, como sociedad, que un embarazo por muy ilusionante que pueda ser al significar un nuevo miembro para la familia, es un proceso muy traumático para la mujer que lo experimenta, tanto a nivel físico como a nivel emocional. Es por ello que debemos comprender aquello por lo que están pasando, apoyarlas y acompañarlas en todo el proceso y aconsejarles que se dediquen tiempo para sí mismas, que sean capaces de emprender un camino de autoconocimiento interno para saber acotar aquello que les preocupa e intranquiliza y poder relativizar sobre ello sin la influencia de los nervios provocados por el estrés.

Facebook
Twitter
Email
Print

Articulos relacionados

Scroll al inicio

Únase a la lista