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Vino fresquito para el verano

Que España es un país de vino es algo obvio, viene a ser lo mismo que decir que somos tierra de aceite de oliva, algo tan fragante que resulta ridículo hasta mencionarlo pues, todos, absolutamente todos, somos conscientes de ello. Sin embargo, llega el verano y el calor provoca que solo los verdaderos amantes de esta bebida sigan adquiriendo y tastando los mejores caldos pues, al final, en plena ola de calor lo que apetece es una cervecita bien fresca ¿o no?

Tal vez por eso a alguien se le ocurrió la maravillosa idea de crear el tinto de verano, que tomado bien fresquito es una maravilla. O la sangría, que al final viene a ser algo bastante similar. Si estuviéramos por la zona de Burgos os hablaría también del Zurracapote, pero realmente esta bebida solo se bebé en esa región por lo que, para generalizar, mejor hablaremos de sangrías y tintos de verano.

No obstante, para aquellos paladares exquisitos, os dejamos este vídeo de Bocopa donde expertos sumilleres nos hablan de 10 vinos de alicante perfectos para el verano.

El tinto de verano

Esta bebida, preparada sobre todo a base de vino tinto y gaseosa tipo Casera, nació en los años 20 y se quedó en nuestra cultura desde entonces. Ahora, miles de españoles se toman su cervecita en una terraza al aire libre o su tinto de verano, disfrutando del fresco y de la buena compañía que solemos tener mientras practicamos el tan extendido hobbie del “terraceo”. Es un clásico básico entre los básicos, tal y como nos cuentan en este artículos de El País, y podemos decir también que es el cubata más antiguo de España.

Antonio Vargas, allá por los años 20, propietario de una Venta cordobesa, tuvo la idea de paliar el agobiante calor que estaba sufriendo su clientela sirviéndoles vino de la casa mezclado son sifón. A raíz de aquello, la “Venta de Vargas” se convirtió en un centro de reunión de aficionados y profesionales del cante y del baile andaluz consiguiendo así que el posteriormente conocido como tinto de verano, pasara a los anales de la historia española.

En los años 60 era la moda de las modas, todos bebían tinto de verano, por lo que acabó convirtiéndose en una bebida referente de modernidad y de la juventud de la época, algo así como lo fue el Redbull, la bebida energética, para los jóvenes de los años 90.

Luego llegó las versión del kalimotxo en los 70 y la sangría y el zurracapite antes mencionado, etc.

Actualmente se sigue bebiendo tanto la receta original, de vino tinto y sifón, como las nuevas versiones en todas sus vertientes y, como ya sabéis, muchas empresas han sacado su propia bebida de tinto de verano. Por ejemplo, ahora está de moda añadirle un toque de refresco de limón que le añade un toque extra de acidez al tinto clásico.

Prepara un buen tinto de verano

Podemos comprarlo hecho, sí, y los hay muy buenos, para qué negarlo, pero a veces eso de fabricarlo en casa hace que sea más veraniego, más de bebida dominguera en la playa, más tradicional ¿verdad?

Prepararlo es muy sencillo pero si tenemos en cuenta algunas recomendaciones obtendremos un resultado perfecto. Por ejemplo, el vino ha de ser un vino corriente, nada de lujos, pero en bien estado. Nuestra recomendación es usar un tinto joven o de crianza mínima que, si no te vas a marcas caras, puede salirte por unos 4 euros en tienda. Después necesitaremos una botella de gaseosa y hielo, mucho hielo.

Una vez tenemos todo lo que vamos a necesitar solo debemos mezclar los ingredientes en las siguientes medidas: un tercio de vino por dos de gaseosa. Da igual la medida de la jarra/cubeta donde preparemos el tinto de verano, lo importante es que siempre sea un tercio de vino por dos de gaseosa y, el tercio vacío que queda, se ha de llenar con hielo. Los aderezos luego ya van al gusto, nosotros os proponemos que en cada jarra introduzcáis una rodaja de naranja y otra de limón por vaso a beber.

El tema de añadirle o no algo de refresco de limón a la mezcla es un tema de gustos, yo prefiero no hacerlo, me van los clásicos, pero si a ti  te gusta es una opción más a tener en cuenta.

Luego tenemos la versión con fruta, la conocida sangría, cuya fórmula tradicional es con vino tinto, agua, azúcar, zumo de limón y trozos de fruta, como melocotón o manzana, macerada en el propio líquido. También se le puede poner un toque de licor. Pero lo dicho, los toques adicionales van al gusto así que puedes poner la fruta que quieras y el licor, o licores, que más os gusten.

Y una última recomendación: un buen tinto de verano con un plato de paella es el menú perfecto para los días de playa.

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