Siempre he pensado que los cambios en la vida son buenos, pero estos cambios tienen que venir en color. Me explico. Soy de los que pienso que una vida en blanco y negro no te aporta nada. Son esas personas que siempre son negativas, que ven el lado malo de todas las cosas y que quitan las ilusiones a los que les rodean. Como buen perro del Hortelano, ni comen ni dejan comer. Son esas personas que no mueven un dedo por cambiar el mundo, pero siempre están criticando lo que hace el resto.
Y luego están las personas que viven en color. Que ven un rayo de sol amarillo, un cielo azul lleno de ilusiones, un campo verde donde crecen oportunidades y cambio. Por eso, cuando veo que alguien está deprimido o de bajón, les cuento la historia que me contaba mi abuela de una chica del pueblo. Nunca he sabido si esta chica era de verdad o un invento de mi abuela Patricia, lo único que tengo claro es que siempre me ha venido bien cuando he tenido que dar ánimos a otras personas o he tenido que venirme arriba. Mi abuela era una de esas personas que también veía la vida en color, en su caso, en cientos de colores. Por eso, si te viene bien, aplícate la historia de nuestra querida Ana.
Según me contó mi abuela, Ana era una joven creativa y apasionada por las manualidades. De esas personas que parecen que tienen un don. Desde pequeña, ya en sus primeros años en el colegio del pueblo, había demostrado mucho talento para el arte y la decoración. De esas niñas que siempre soñaba, y qué bonito es soñar, con tener su propia casa para poder hacer realidad todas sus ideas. Por suerte, en los tiempos que corren, y antes más todavía, comprar una casa en el medio rural es mucho más sencillo.
La cosa es que la vida nunca fue fácil para Ana. Sus padres murieron bien pronto, y ella se tuvo que hacer cargo de todo. Conoció a un hombre, que 10 años después de matrimonio, la abandonó. ¡Qué dura es en ocasiones la vida!. Lo hizo cuando tenía dos hijas. Y la verdad es que Ana, como soñadora en colores, no agachó la cabeza, todo lo contrario. Eso la sirvió para dar un paso adelante. Y me contó mi abuela que una de las primeras cosas que quiso hacer fue reformar las habitaciones de sus hijas en su casa.
¿Por qué? Pues estaba claro que era una metáfora de su presente, pasado y futuro. La verdad es que tenía una habilidad en el uso del aerosol, decidió pintar las paredes con colores vibrantes y alegres, creando un ambiente acogedor y divertido para las pequeñas. Además, con lo hizo con unos graffitis preciosos, donde plasmó frases inspiradoras y emotivas que reflejaban su amor y apoyo hacia sus hijas. Yo no sabía que el mundo del aerosol había evolucionado tanto, pero como comprobé en la página de ArteSpray, ahora mismo puede tener a tu alcance un montón de colores y de variedades para hacer de tu casa o de tu oficina un lugar con estilo y personal.
Con el paso del tiempo, Ana siguió trabajando en los diferentes espacios de su casa. Utilizó todo lo que sabía en carpintería para crear muebles únicos y funcionales, y su pasión por el reciclaje le permitió darle nueva vida a objetos viejos que tenía en un rincón del sobrado, en mi pueblo llaman así a la parte del tejado que sirve para guardar cosas.
Gracias por todo lo que haces por nosotras
Al final, cada rincón de su hogar era una expresión de su creatividad y amor por el arte, pero sobre todo, un rincón donde había dejado claras sus ganas de vivir. Su casa se convirtió en su lienzo personal, en el que plasmaba su personalidad en cada detalle y sus ganas de vivir, pese a que la vida le había puesto muchas piedras en el camino. El esfuerzo y el sacrificio que puso en cada habitación del hogar se convirtió en su mejor carta de presentación para unas hijas, que por suerte, supieron valorar todo lo bueno que hacía su madre por ellas. Cuenta la leyenda que en todos los cumpleaños de Ana, sus hijas le regalaban una tarjeta que decía: “gracias por todo lo que haces por nosotras”. La verdad es que no pueda haber mejor frase y regalo para una madre.
Un ejemplo de cómo una persona a la que la vida no le ha dado muchas oportunidades y que le ha creado una película en blanco y negro puede hacer en color. Su casa ahora es un lugar único y especial, lleno de color. Su pasión por las manualidades le había permitido cumplir su sueño de transformar su hogar en un espacio único y lleno de amor.