El interior es la parte más importante de la casa. Es aquella que vamos a disfrutar en el día a día. Es por eso que debemos procurar que nos resulte acogedora, que nos dé ganas de estar dentro de ella, de pasar el máximo tiempo posible en casa de una forma agradable. Te planteamos en este artículo 4 aspectos importantes que debes abordar a la hora de rediseñar el interior de tu hogar, o de delegarlo en manos de un profesional, si así lo prefieres.
Los interiores de las casas están diseñados para vivirlos. Esto es importante, pues otras veces, sobre todo en el pasado, no era así. Algunos propietarios estaban más preocupados por tener una casa bonita para mostrársela a las visitas que de disfrutar ellos mismos de su hogar. Así, por ejemplo, en algunas casas encontrábamos comedores decorados como si fuera la sala de un museo, mientras la familia hacía vida en una estancia más rudimentaria, la sala de estar. Si en la vivienda había dos cuartos de baño, en realidad, solo se utilizaba uno de ellos. El otro se conservaba impoluto para que lo pudieran observar los invitados.
Hoy la tendencia es distinta. No nos preocupa tanto lo que los demás piensen de nuestra casa, sino que nosotros nos encontremos a gusto en ella. El interior de nuestro hogar debe ser un lugar cómodo, en el que tengamos a mano todo aquello que necesitemos. Debe ser un sitio que nos permita practicar nuestros gustos y aficiones. Si nos gusta ver películas y series como si estuviéramos en una sala de cine, el salón debe permitirnos colocar una televisión de pantalla grande, con unos confortables sofás enfrente, y una mesita para poder dejar nuestras bebidas y aperitivos. Si lo que nos gusta es reunirnos con los amigos, debemos crear un espacio acogedor de reunión, con una mesa o mesita central que sirva de punto de encuentro.
Desde luego queremos personalizar nuestra casa. Que sea un reflejo de nuestra forma de ser, de nuestras inquietudes. Sin embargo, debemos ser conscientes de que existen limitaciones. Debemos adaptar nuestras expectativas a las características de la vivienda.
El interiorista Sebastián Bayona, director y fundador de Bayeltecnics Design, un estudio de interiorismo de Barcelona, dice que la primera visita es el paso determinante a la hora de iniciar un proyecto de interiorismo. Insiste en que no se trata de un mito. La primera impresión es la que te marca las posibilidades que presenta la vivienda. A partir de ahí se puede valorar si las expectativas del propietario son factibles, y cómo llevarlas a cabo.
Estas son las 4 claves de las que debemos tirar, para transformar el interior de nuestra casa en el lugar que queremos disfrutar.
La iluminación.
Este es el aspecto más importante. La revista de decoración Casa y Color señala que la iluminación es fundamental no solo desde un punto de vista estético, sino que influye en el estado de ánimo de los ocupantes de la casa y en las actividades que pueden realizar en ella.
La iluminación es importante tanto en horarios diurnos como nocturnos. Si está bien aprovechada, realzará los colores de las paredes y la forma de los muebles. Nos dará una sensación de mayor amplitud y contribuirá a generar un mayor bienestar.
Es primordial la luz natural. Aquella luz solar que nos entra desde el exterior y que inunda la casa. Para ello, debemos intentar aprovecharla lo máximo posible. Esto puede obligar a replantearnos la distribución de las estancias. A tirar tabiques, a abrir ventanas más grandes y a eliminar barreras que obstruyen el paso de la luz.
Cuando no es posible aprovechar la luz natural, es necesario buscar alternativas que suplan su carencia, como colocar luces led o poner puntos de iluminación indirectos.
Debemos partir de la funcionalidad de cada habitación y buscar una iluminación acorde a su uso. Por ejemplo, la cocina, que es un lugar de trabajo, debe tener luz potente, clara y que no deslumbre. El salón, por otro lado, debe alternar espacios muy iluminados, que rebosen vitalidad, con pequeños rincones que inviten al recogimiento, donde podamos practicar actividades más íntimas y personales como leer un libro.
Debemos partir de que la actividad varía de la noche al día. Es interesante disponer de mecanismos para graduar la luz en alcobas y salones para crear diferentes ambientes. Un salón muy iluminado con luz artificial después de cenar, antes de irnos a la cama, nos relaja menos que una iluminación tenue. Podríamos decir, que mientras que la luz natural durante el día nos recarga de energía, la luz artificial, de noche, entorpece.
Sensación de espacio.
El espacio es un problema real en las viviendas contemporáneas. Sobre todo en las ciudades, donde priman las construcciones verticales y donde la superficie se aprovecha para parcelarlo en el máximo de viviendas posibles.
A la hora de diseñar el interior de nuestra casa, debemos crear la sensación de que disponemos de más espacio del que tenemos en realidad. Esto nos hará la estancia más agradable. A veces, solo con tirar un tabique, se amplían visualmente los espacios, disponiendo de los mismos metros cuadrados.
Un elemento importante para crear sensación de espacio es la propia decoración de las habitaciones. Una decoración sobrecargada, con muchos muebles aparatosos, limita la superficie que tenemos para movernos por la casa y nos crea sensación de agobio. Esta es una de las razones por las que la decoración minimalista se ha convertido en tendencia en los últimos tiempos. No se trata de privarnos de comodidades, sino de saber integrarlas en el espacio disponible, sin hacer que nos los roben a nosotros.
Determinados recursos como colocar espejos estratégicamente o pintar las paredes de blanco contribuyen a generar sensación de amplitud.
Diferenciación.
A nadie nos gusta que todas las casas sean iguales y menos la nuestra. Nuestra casa es un espacio privado, con el que nos queremos sentir identificados. Sucede algunas veces que visitamos casas de amigos y parecen clonadas. Aunque no hayamos estado nunca allí, nos da la impresión de haberlas visto antes. Como si estuviéramos paseándonos por la sala de exposición de un hipermercado del mueble.
No debemos tener miedo a dejar nuestra seña de identidad en nuestra casa. A colgar un cartel publicitario de lata de los años 30, porque nos gusta. A poner una estantería para guardar en ella nuestra colección de vinilos, con un tocadiscos al lado, aunque sabemos que ya no está de moda.
Integrar muebles antiguos vintage, previamente restaurados, con otros muebles más modernos, aporta personalidad a los ambientes y le dan un toque diferenciador, exclusivo.
Debemos escuchar a nuestra casa y escucharnos a nosotros mismos. Hay habitaciones que te están pidiendo una decoración determinada. Una pared del comedor que te exige a gritos que coloques en ella un cuadro grande. O el ventanal de la terraza, que da a un parque y que te sugiere que pongas en el rincón una planta de interior, para estar en sintonía con el paisaje exterior,
Por otro lado, dependiendo del estado de ánimo en el que nos encontremos y de las metas e inquietudes que tengamos en la etapa de nuestra vida que estamos pasando, nos sentiremos más propensas o propensos a emplear una decoración u otra.
Atención a los detalles.
Dice la revista Arquitectura & Diseño que los detalles importan, y muchísimo. Para incorporarlos en la decoración no es necesario tener toda la casa habilitada para ver como la vestimos. Es bueno que nos lo planteemos desde el principio. A veces, estos detalles supeditan la distribución del interior. Por ejemplo, nos apetece poner una fotografía a tamaño grande en una pared del comedor. Necesitaremos que esa pared esté iluminada de con luz natural indirecta, para que se pueda apreciar.
La atención a los detalles nos ayuda a resolver problemas prácticos, como el almacenaje de los útiles cotidianos, sin que se aprecie a simple vista. Un claro ejemplo son camas con canapé. Bajo el somier, fuera de la vista de todos, podemos guardar la ropa de cama y tenerla a mano cuando vayamos a cambiar las sábanas. O almacenar en él la ropa de temporada cuando efectuamos el cambio de armario.