A lo largo de la vida uno tiene días especiales, pero para un niño el día de la comunión es, por así decirlo como el paso a ser un poco más mayor. Como cuando nos bautizan no somos conscientes, la comunión es ese momento en el cual somos los protagonistas con consciencia de serlo, aunque yo al menos recuerdo que lo que más me preocupaba era hacer bien los cánticos en la iglesia para que el cura no me echase la bronca.
En mi caso particular al ser zurdo y que me cambiaran a diestro en el colegio (sí, antes se hacía eso) me hacía un poco lío con la mano derecha o la mano izquierda. Por lo que además del nerviosismo por la propia celebración y los cánticos tenía que sumar el estrés por hacer lo correcto y que no se me fuese la mano equivocada.
Con mi hijo creo que no hay tantos problemas y no se hace los líos como me pasó a mí, en este caso creo que ha salido más a la madre. El caso es que queríamos que viviera la jornada de una manera feliz nuestro hombrecito y algo importante era el fotógrafo de la boda. Aquí en Oviedo hay muy buenos estudios, pero nos hablaron de Heviafotógrafos, que están en Arriondas y nos convencieron.
La verdad es que hacen un trabajo fabuloso y sobre todo dejaron que todo transcurriese con naturalidad, es increíble lo que ha avanzado también el mundo de la fotografía, no solo en lo técnico, también en el conocimiento que tienen de cómo saber llevar a los niños.
Luego, la cantidad de fotos que se pueden hacer ahora con tanta cámara moderna, lo cual permite que puedas tener un álbum de fotos casi al mismo nivel que un famoso. Nos dieron un álbum increíble con fotos para dar y tomar.
El mejor recuerdo que puede uno guardar
Estos son de esos gastos de la boda que quedan para siempre, puesto que el banquete, aunque lo hagas muy bonito, suele quedar en la mente de los invitados, pero las fotografías de la comunión quedan para siempre y con el paso de los años te acuerdas de aquella fecha con cariño.
Supongo que así le pasará a mi pequeño gran hombre, que dentro de yo que sé, 20 años, podrá verse junto con sus padres y toda su familia en una ceremonia que la verdad transcurrió de la mejor manera.
Me encantó el trato humano con los fotógrafos y su saber estar, así como la paciencia de esperar el mejor momento para captar las emociones y los sentimientos de un día tan especial como ese, donde a quien más y a quien menos se le escapa una lagrimita al ver como su niño ya se está convirtiendo en un hombrecito que hasta lleva corbata.
Mi vecino que también hizo la comunión su hijo, prefirió hacer las fotos él y su sobrino, así como el vídeo y luego resulta que se quejan de la mala iluminación de la iglesia, de que falló la cámara… a veces ahorrarse el dinero termina saliendo más caro, estas cosas prefiero dejarlas en manos de profesionales.