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Los reportajes de boda más bonitos

La vida es evolución, y aunque en algunos aspectos no se nota, por suerte en los reportajes de boda sí, y mucho. Hace un año que me case, y durante mi visita a los múltiples fotógrafos de boda de Alicante, pude comprobarlo. La cosa ya no se queda en aquella foto en la puerta de la iglesia, o de la besándose en el parque más grande de tu ciudad. Ahora todo ha evolucionado. El número de bodas civiles ha aumentado, y quizás eso ha provocado que se haya abierto un poco más la mente en estos aspectos.

Lo mejor de todo es que yo no noté su presencia. Ya que pasaron inadvertidos asistiendo a mi boda como si fuera un invitado más. De repente se volvieron invisibles para nosotros y para el resto de testigos de mi día tan especial. Lograron tomar fotos de una manera muy natural, que luego es lo que hace grande y bonito el famoso álbum de boda.

Como os comento, me puse en contacto con esta empresa de fotógrafos de bodas en Alicante, lejos de los profesionales arcaicos, el trato ahora es muy cercano. Y te hacen sentir partícipe del reportaje en todo momento.

Yo lo que recomiendo en todo momento es que los novios disfruten con sus amigos como si no hubiera cámaras. En una de las fotos, nos mandaron tumbarnos a todos los amigos como si estuviéramos en un picnic, y con la hierba de fondo salieron unas fotos muy originales.

En nuestro caso, tanto mi novia, bueno ya mujer, y yo somos muy aficionados al piragüismo. Los dos nos conocimos en un club de Alicante y queríamos que en las fotos de nuestro días tan especial, quedara reflejado. Fueron unas fotografías muy bonitas, montados en las canoas de novios, y con nuestras palas dando mucho juego. Otra buena idea es montar en bicicleta o en tándem juntos y dad una vuelta, las risas están garantizadas, y además las fotos quedan muy chulas.

Nuestra forma de ser es muy parecida, somos personas abiertas y extrovertidas. Así que estos fotógrafos de bodas de Alicante nos sugirieron hacer una divertida coreografía para nuestro primer baile en el restaurante. Ya no se lleva eso de bailar el vals del Lago Azul, o como se diga, ahora se lleva mover el esqueleto para animar a los invitados.

En las fotos se ve que disfrutamos con cada momento. Además, no nos cortamos un pelo y también llevamos complementos o accesorios que usamos para las fotos. A mí se me puede ver bailando, o al menos intentándolo, un hula hop, a mi chica con gafas gigantes al más puro estilo Pepe Gáfez. Fue todo superdivertido. Incluso mi padre se atrevió con un traje de torero, aunque eso es mejor no comentarlo.

Otra recomendación es que lo mejor es elegir las fotos favoritas enseguida, con las emociones a flor de piel y dejad que el fotógrafo os haga la primera propuesta de maquetación del álbum para revisarla y luego mandarlo a imprimir. Hay muchas parejas vaguetas que lo dejan tres meses o más después del enlace, cuando apenas ya se recuerda nada, y no puedes tener la memoria tan fresca como a las pocas semanas.

Os recomiendo que para conseguir las fotos más originales y sobre todo auténticas, lo mejor es reír, saltar, bailar, en definitiva ser tú mismo. Hay que olvidarse de la cámara y disfrutar a tope de un día tan especial con la persona más importante de vuestra vida. Yo lo hice, y ahora no me avergüenzo de mostrar el típico álbum de boda cuando llegan los invitados.

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