La edad no estĆ” en el DNI, estĆ” en el corazón. Una frase hecha pero que en muchas ocasiones es cierto. En mi caso nunca pensĆ© que a los 40 aƱos podrĆa ponerme en forma, estar hecho un chaval y volver a mi adolescencia. Desde hacia tiempo sentĆa que no me encontraba bien. Los sĆntomas eran los tĆpicos de las cuatro dĆ©cadas en la espalda. Es decir, cansancio fĆsico y mental, pocas ganas de hacer cosas y muchos detalles fĆsicos.
Esos detalles en el cuerpo son los de siempre. Es decir, barriga cervecera, canas, la piel sin brillo, ojerasā¦todos esos detalles que indican que ya no eres un chaval y que tienes que hacer algo. EstĆ” claro que en esta situación puedes tomar dos opciones. La primera es dejarte y permitir que el tiempo se vaya echando a tus espaldas. Tic, tic. La segunda es tomar el toro por los cuernos y decidir jugar una partida de ajedrez contra el maldito tiempo.
En mi caso decidĆ la segunda opción despuĆ©s de verme un dĆa en el espejo. āNo eres tĆŗ, Carlos, no eres tĆŗā. Me dije. Y desde ese dĆa decidĆ ponerme en forma. Lo primero fue apuntarme a un gimnasio. A mi mente solo me venĆan hombres como Bradley Cooper, Javier Bardem, Ewan McGregor o Zinedine Zidane. Todos han cumplido los 40 y nadie lo dirĆa. De verdad, si a los 40 decides que ya es hora de hacer deporte, no temas que no sea el momento, porque sĆ que lo es. Es probablemente la mejor decisión que tomĆ© en los Ćŗltimos aƱos. Si de verdad te lo curras., te lo curras y pones mucho de tu parte, Ā en unos meses estarĆ”s en plena forma y te olvidarĆ”s de que tienes 40 aƱos.
En manos de profesional
Como os digo, lo mejor es ponerte en manos de profesionales. Esa persona te harĆ” una valoración personal de tu estado. Yo he vivido una vida muy sedentaria y necesitaba esto. El profesional tendrĆ” que hacer una valoración. En ese momento me pesaron, me midieron la tensión arterial y la frecuencia cardiaca. Sin duda lo peor fue cuando me pusieron esa mĆ”quina que sirve para medir el porcentaje de grasa que tenemos en el cuerpo. Fue sin duda el peor momento. Era la comprobación de que necesitaba hacer ejercicio. Es en ese momento cuando piensas en todas las cervezas que me habĆa tomado con los amigos, las comilonas, los picoteos, el poco tacto que tenĆa a la hora de comer.
Busca una afición
Si en el instituto se te daba bien jugar al baloncesto, balonmano o fĆŗtbol sala, pues tienes la primera puerta de escape. No es lo mismo una persona que llega con cierto bagaje, aunque lleve unos aƱos sin ejercitarse, que alguien que jamĆ”s ha hecho algo que no sea el sillón ball. Por eso, el profesional me recomendó que volviera a jugar al fĆŗtbol sala. Fue en esos dĆas cuando recordĆ© que mi primer deporte fue jugar en el colegio a lo que en mis tiempos se llamaba āfutbitoā.
Recuerdo que era bastante bueno. Incluso era titular en el equipo de mi colegio y eso que el hijo del entrenador tambiƩn estaba en el equipo.
AsĆ que decidĆ apostar por el deporte en colectivo. No fue fĆ”cil porque tuve que convencer a mis amigos, sĆ, esos con los que Ćbamos de caƱas, para regresar al deporte. TirĆ© de los nĆŗmeros de WhatsApp y cree un grupo que se llamaba āEl regreso de la Barandillaā. Es decir, como nos llamĆ”bamos antes pero ahora regresando. Con esto, lo que hicimos fue apuntarnos a una liga de veteranos, pero es cierto que el nivel era muy alto. Nos compramos una bonita equipación y hasta botas de fĆŗtbol con mi nombre. En Internet encontramos la web marianssport.com donde te personalizan las botas y las camisetas. En mi caso me puse en la camiseta Potro, que es como me conocen por mi afición a los animales.
El regreso fue muy emotivo. Todos nos dimos cuenta de que sĆ querĆamos, podĆamos. Y aunque muchos de nosotros ya somos padres de familia, sobre la cancha, regresaba esa competitividad y esa lucha que siempre fue nuestro toque mĆ”s caracterĆstico.
Calentar bien
Eso sĆ, supimos que desde el primer dĆa habĆa que tener cuidado con las lesiones. Las mĆ”s frecuentes son la tendinitisĀ y la epicondilitis. ĀæCómo evitarlo? Pues estĆ” claro. Calentando bien, respectando la tĆ©cnica y siendo prudente con la cargas. Pero sobre todo tienes que tener en la menta una cosa: No hagas el bruto, que ya no eres un chaval.
Ejercicio cardiovascular
Se suele pensar que los ejercicios cardiovasculares queman calorĆas y que el entrenamiento de fuerza desarrolla los mĆŗsculos. Eso es verdad, hasta cierto punto. Si bien el ejercicio aeróbico es ideal para el corazón, aumenta la capacidad pulmonar y disminuye el estrĆ©s, eso no significa que debas hacerlo exclusivamente, ignorando los beneficios del entrenamiento de fuerza.
Y aunque me costó mucho asimilarlo, lo primero que tuve claro es que se acababa lo de salir tanto de fiesta. Para notar efectos fĆsicos, hay que cuidar la dieta y dormir bien para recuperar. AsĆ que eso de dormir poco y salir de fiesta se acabó.
Si algo aprendà con estas cosas es que el deporte solo supone un 20-25% a la hora de perder peso. El resto es cosa del menú. Ah, vigila cómo te premias al salir del gimnasio. Se acabó eso de comerte los donuts, las palmeras y de beber alcohol. Con todas estas cosas estarÔs mejor.
Como has visto te puedes poner en forma a los 40 aƱos. Ahora bien, es cuestión de tener tiempo (no todos lo tenemos por problemas de agenda), trabajo y esfuerzo. La verdad es que en mi caso mereció mucho la pena. Ahora me veo mucho mejor fĆsicamente pero sobre todo mentalmente. Y es que la edad en ocasiones estĆ” en nuestras piernas, y lo que tenemos que hacer es moverse.